La actual mirada historiográfica respecto de la Edad Media se ha ampliado tanto desde el punto de vista geográfico como desde el cultural, de modo que ella ha dejado de ser considerada como la expresión unívoca de una etapa del pensamiento cristiano occidental. Muy por el contrario, hoy se habla de la Edad Media sin privilegiar una lengua, una cultura o una región geográfica determinada. En consonancia con esta perspectiva, el siglo XII se presenta como una especie de epítome de la complejidad y riqueza que entraña el Medioevo. 

Con esta convicción en mente, en 2022 celebramos las Primeras Jornadas Internacionales del Siglo XII, marcando el inicio de lo que pretendemos que se convierta en un ciclo bienal, cuyo propósito principal es explorar desde diversas disciplinas humanísticas la intrincada trama cultural de este período. El lema de ese primer encuentro fue “Convergencia de Mundos”.

En esta ocasión, proponemos como lema “Renacimientos en diálogo”. Con él buscamos enfocarnos en la construcción de conexiones teóricas tanto hacia el pasado como hacia el futuro, es decir, reflexionar sobre el siglo XII en relación con la herencia que recibe y la herencia que lega. En sintonía con las palabras de Claudia Casanova en su prólogo a la edición española de la célebre y fundacional obra El renacimiento del siglo XII de Charles Haskins, entendemos que “el espíritu del siglo XII lucha contra el embrutecimiento, se esfuerza por recuperar lo que una vez fue la civilización, y ese impulso lo convierte en una de las etapas más humanas y dignas de la Edad Media”. Es precisamente ese espíritu de resistencia contra el deterioro intelectual el que no solo ha movido a los diferentes actores de los renacimientos medievales, como el Carolingio, el del XII o el italiano (por citar solo los más relevantes) sino el que debe mover también hoy, y con urgencia, el espíritu de toda la comunidad académica.